lunes, 22 de marzo de 2010

Algunas referencias históricas


ASTROLOGÍA

Algunas referencias históricas

Serían necesarios muchos volúmenes para relatar la historia de un fenómeno cultural tan arraigado en todo el mundo como es el de la astrología.

No obstante alguna solución de continuidad, se mantuvo vígente en el tiempo aunque con perfiles específicos en las civilizaciones Azteca, Hindú, Maya y China.

Existen excelentes trabajos sobre este tema, por lo que me limitaré a efectuar una síntesis con algunas referencias accesorias.

La astrología experimentó desde aproximadamente 30 años una notable evolución en su aspecto positivo es creciente el número de estudiosos que comprendieron la necesidad de establecer una apertura hacia un conocimiento que debía liberarse de la superstición.

Es seguro que valiosa información se haya perdido en el incendio de la biblioteca de Alejandría dispuesto por el califa Omar en el 640 A. C, se calcula en unos 800.00 los volúmenes destruidos por el fuego.

La carencia de algunos eslabones, crea situaciones indefinidas que constituyen un blanco para el ataque de la ciencia oficial.

Pese a las interdicciones, la astrología lejos de desaparecer del contexto cultural de los pueblos, cada día cobra más fuerza; mantiene una verdad subyacente que va saliendo a luz desde el componente ancestral que conecta al inconsciente colectivo con el cosmos.

Orígenes:

Nació prácticamente con la aparición del hombre en la Tierra. Las primitivas criaturas temían a todo fenómeno extraterritorial, en especial los celestes que consideraban sobrenaturales.

El Sol y la Luna, la pareja más conspicuas del cielo eran dioses benefactores que brindaban energía, calor y maduración, en suma los pares de cuanto existe sobre el planeta.

En el transcurso del tiempo el hombre fue conociendo los astros visibles hasta Saturno.

Aprendiendo a diferenciarlos de las estrellas que titilaban fijas en un telón de fondo.

La movilidad de los primeros hizo que se los designará como errantes o vagabundos, de ahí el término planeta. En la ruta descripta por los mismos, llamada eclíptica se intuyó la necesidad de agrupar las estrellas en complejos constelacionales, estructuras que mostraban cierta influencia

Para definir el carácter y destino de quienes nacían en determinado

momento del año.

La movilidad y el accionar de los planetas, en especial la Luna se fue correlacionando con los hechos humanos por simple observación, creándose con los siglos una estadística automática.

La evaluación de los resultados fue favorecida notablemente por la limpidez de los cielos orientales y la vida nómade de los pueblos.

Atendiendo a la posición de la luna en la faja zodiacal, la primitiva astrología era esencialmente lunar y recorrido comprendía 15 casas o sectores.

El zodíaco más antiguo que se conoce está inscripto en una caverna del Monte Atlas y data de unos 10.000 años (Fomalhaut).

Otro zodíaco fue hallado en un templo de Denderah, una localidad egipcia situada al norte de Tebas; su edad se remonta al siglo II AC aunque se piensa que debe ser más antiguo.

Las inscripciones halladas en las ruinas de Asiria, pertenecen a la época de Assurbanipal 669-625 AC y brindan referencias astrológicas que según Diodoro de Sicilia y Plino, serían mucho más viejas.

Se atribuyó al Hierofante egipcio Hermes Trismegisto, la creación de la astrología pero, el comienzo de su ejercicio activo debe ubicarse en la mesopotamia del Eufrates y el Tigris (medio oriente Este), donde entre el 4.000 al 3.000 A C floreció la civilización sumérica.

Las guerras entre las ciudades del Ur, Uruk, y Lagash, 2800-2700 AC no perturbaron en absoluto el engrandecimiento de Sumeria que se manifestaba en las artes, la arquitectura y sobre todo en la Astrología.

Regía entonces la dinastía de Ur.

Hacia el norte de la zona considerada, habitaba un pueblo semita de pacíficos pastores que eran constantemente hostigados por sus vecinos acadios, arameos y babilonios. Hacia el 2400 AC se operó un cambio en la modalidad de este pueblo y de ser pacífico se transformó en agresivo.

En el 2.300 AC surge Sargon, quien conquista toda la Sumeria, haciendo que sus dominios se extendieran desde la costa mediterránea hasta el Asia Menor y el Golfo Pérsico. La idea de su magnitud la brinda el saber que su imperio comprendía o que actualmente es Siria, Líbano, Israel, Jordania, Irán, Irak.

Sargon acrecentó la grandeza del imperio atribuyéndosele la formalización del conocimiento astrológico heredado de Babilonia.

La Astrología que practicaban los caldeos tenía carácter adivinatorio con connotaciones mágico-religiosas que vinculaban su actividad con el quehacer político del momento.

La ciudad de Babilonia debió ser un centro muy importante tal vez por alguna influencia telúrica, la alineación ciclo técnica con las ruinas de Stonehenge en Inglaterra y con la pirámide de Keops en Gizeh, configuran un triángulo muy significativo por la zona que demarca, rica en

acontecimientos históricos - religiosos.

Con el pasar del tiempo la importancia de Babilonia decae debido a la invasión de los Guti, no obstante, se rehace en el 2100 con el rey Gudea de Lagash.

Sumeria recobra su antigua grandeza, se construye el siggurat de Ur consistente en una elevada torre que servía de observatorio astronómico.

En el 1700 AC reina Hammurabi y hace de Babilonia la capital de su imperio, por la cultura sumeria conocemos los 360º del círculo y su división en 12 sectores de 30º cada uno.

También comienzan a conocerse las propiedades de ciertas plantas y la relación de los signos en las zonas del cuerpo humano, estos conocimientos fueron impresos con escritura cuneiforme en tablas de arcilla, muchas de las cuales se conservan en la actualidad.

Belesys o Beroso un sacerdote caldeo, fundó en la ciudad de Cos, en la costa del Asia Menor, una escuela de astrología, este astrólogo pronosticó la caída de Assurbanipal según Diodoro de Sicilia.

Sargón había dejado mucha información que junto con el código de Hammurabi, impreso en la piedra Naram Sin, fueron salvados de los hititas y llevados a la ciudad de Susa por el rey de Elam.

En el año 747 AC, bajo el reinado de Nabopolasar, se conocieron los 15 sectores en que estaba dividido el zodíaco Lunar, los vaticinios se efectuaban conforme a la posición de la Luna y planetas en las casas lunares, aún no estaba sectorizado el zodíaco tal como lo conocemos ahora.

Assurbanipal poseía una biblioteca con tablas que contenían la predicción de los eclipses lunares, algunos de estos documentos se hallan en el Museo Británico.

Hacia el 600 AC, Babilonia está en el esplendor de su cultura con Nabucodonosor II.

A raíz de las campañas de Alejandro Magno, siglo IV AC el conocimiento astrológico emigra a Egipto y Grecia y hacia oriente a la China.

Los contactos de los filósofos griegos, entre ellos Platón, facilitan la difusión de esta nueva corriente se destacan los astrólogos Arcuinábolos, Antipater y Meton, este último descubridor del ciclo que lleva su nombre.

Tanto Egipto como en Persia, la India y China, la Astrología toma caracteres específicos; en Egipto por ejemplo evolucionó con un rumbo más bien religioso, aunque los egipcios logran grandes avances astronómicos entre ellos el calendario solar del siglo III, la crecida del Nilo coincidía con la ascensión ortohelíaca de la estrella Sirio, tal vez este hecho sumado a otras coincidencias geocósmicas haya influido para que sus conocimientos tuvieran mayor orientación astronómica; el calendario de 365 días estaba basado precisamente en la ascensión de algunas estrellas. En la dinastía ptolemaica se destacaron como astrólogos: Petosiris, Nechepsos, y Manethon.

Entretanto Alejandría era un centro cultural de suma importancia, los estudios astronómicos y geodésicos avanzaron notablemente.

Le cupo a Eratóstenes 227-194 AC, el haber medido el cuadrante de un meridiano terrestre.

Hiparco 120 AC descubre el movimiento de precisión equinoccial y establece además un catálogo de estrellas.

En el siglo II AC surge en Alejandría quien será el padre de la Astrología, Claudio Ptolomeo, astrónomo y astrólogo renombrado, entre sus obras deben citarse como las más importantes, El Tetrabiblos, el Almagesto, el Centriloquium de los Cien Aforismos y un catalogo de estrellas.

A su vez Hipócrates en Grecia habla de los 4 temperamentos que tenían relación con los elementos fundamentales físicos y metafísicos de la naturaleza: sanguíneo (fuego) bilioso (tierra), nervioso (aire), y linfático (agua).

Con las conquistas romanas la nueva corriente llega a Roma.

Marco Terencio Varro 116-27 AC escribió un tratado filosófico dedicando el tomo VI a la Astrología.

En el siglo IV Julio Firmico Materno produce una obra en 8 tomos, mencionado en el VI la influencia de los signos y decanatos, estableciendo además el horóscopo del mundo y el simbolismo de los grados monómeros,

de Matheseos Librii.

En el siglo VI DC Marco Manilio publica una obra astrológica de 9 tomos escritos en verso Llamada el Astronómicom.

Por esos tiempos el ejerció de la Astrología constituía una tarea riesgosa, pues los señores exigían la adivinación; equivocarse en un vaticinio podía

significar la vida.

Las predicciones efectuadas para Tiberio, Julio Cesar y Domiciano, entre otros llevadas a cabo por Trasilo, Espurina y Ascletario respectivamente, tuvieron efectos espectaculares, siendo las que más se recuerdan por su impacto, otras tantas fueron equívocas, pero es importante tener en cuenta que bajo la denominación de astrólogos eran incluidos todos los que empleaban artes mánticas, por lo que no pueden tomarse como aciertos astrológicos los trabajos de augures, arúspices, videntes o pitonisas.

Platón había observado esta diferencia por lo que propuso oficializar la Astrología para separarla de la adivinación.

Desde siempre existieron partidarios y detractores de esta ciencia entre los personajes más encumbrados de la sociedad.

Las Sagradas Escrituras y por ende la Iglesia condenaron su ejerció, actitud que tenía su razón de ser en virtud del gran número de farsantes que se aprovechaban de la credulidad popular, un fenómeno siempre vigente.

Sin embargo la sanción de las Sagradas Escrituras contra la adivinación, debe analizarse de acuerdo a la época de las grandes luchas que debió librar el pueblo judío contra quienes los circundaban, que eran poderosos

e idólatras.

Si tenemos en cuenta que los hebreos se regían por un sistema político teocrático monoteísta, resulta natural que sus líderes debían agotar todos los recursos para mantener la cohesión y el espíritu de su raza para que no fuera absorbida por otras culturas, en especial la Caldea su principal enemiga.

Los profetas sin duda conocían muy bien la debilidad humana proclive a hallar la solución a sus problemas por vía de lo mágico o idolátrico, basta recordar que pasó con el pueblo que guiaba Moisés cuando ascendió al Monte Sinaí.

La gente por lo general no podía discernir quien era eficiente en las artes mánticas que incluían a los astrólogos, abundantes en Caldea.

Era preciso que el pueblo mantuviera su fe en Dios.

En jeremías X. Puede leerse “No temáis las señales del cielo a las que temen las naciones”.

¿Qué eran las señales del cielo?.

Pero cuando Israel triunfa en una de sus tantas guerras, en Jueces capítulo. V. Versículo 20 se lee: “Del cielo se combatió contra ellos, las estrellas estando en su orden y curso pelearon contra Sisara”

Para precaverse de la idolatría y preservar la unidad del pueblo, Dios habla a Moisés, Levítico capítulo XIX, brindándole una serie de recomendaciones que constituyen un verdadero tratado de vida que, además de la moral incluía cuestiones de higiene y producción.

En el versículo 31 señala:

“ No os ladeéis a los encantadores ni consultéis en cosa alguna a los adivinos, de manera que os amancilléis por ellos”

Yo el Señor vuestro Dios”.

En el Capitulo XX, versículos 6 y 27 la sanción contra el espíritu pitónico es severa.

Sin duda hay una diferencia de calidad entre la virtud adivinatoria de los profetas en relación a quienes no lo eran. Máxime si pertenecían a otra raza. La admonición del versículo 31 evidentemente no comprende a José que interpretó los sueños del Faraón, ni a Daniel que también lo hizo con el sueño de Nabucodonosor.

No obstante como veremos más adelante, santos, papas, y clérigos fueron cultores de la Astrología.

Otros importantes personajes de la historia también fustigaron no sin virulencia a la ciencia de los astros entre ellos, Lucrecio, Juvenal, el mismo Cicerón que no acertaba a comprender como los astrólogos no habían podido prever la erupción del Vesubio.

El golpe más duro contra la Astrología fue asestado por el Concilio de Trento 1545-1551, mediante el cual se prohibió su ejercicio individual.

En la Edad Media el edicto de Colbert 1665 (Francia) prohíbe la enseñanza de la Astrología; cabe recordarse que hasta entonces funcionaban escuelas oficiales para su enseñanza no solamente en Paris sino en Inglaterra, España, Italia, Alemania.

Es oportuno ofrecer los nombres de quienes fueron adictos o cultores de esta disciplina, la nómina es incompleta pero puede ser de utilidad para que quienes investigan en este terreno, tengan en cuenta donde pueden concurrir para ahondar en el pensamiento de las distintas épocas que jalonaron su desarrollo.

Algunos importantes partidarios:

Confucio 571 AC ,Hipócrates 460 – 337 AC, Aristóteles 384-322 AC

Apolonio de Tiana siglo I ,Virgilio 70-19 AC, Tiberio 41-37 AC

Séneca 4 AC. Augusto 37, Nerón 37-68, Plutarco 40-120, Domiciano 51-96, Adriano 76-168, Marco Aurelio 121-180, Galeno 131-201, Plotino 204-270, Alejandro Severo 208-235, Maimónides 1135-1204, Aligheri 1225-1331, Vilanova 1240 - 1311, Pontano 1426-1503, Corvino 1443-1490, Da Vinci 1452-1512, De la Mirándola 1467-1494, Durero 1471-1528, Erasmo1467-1536, Copérnico 1473-1543, Paracelso 1490-1541, Galileo 1564-1642, Shakespeare 1564-1616, Descartes 1596-1650, Milton 1608-1674, Spinoza 1632-1677, Leibnitz 1641-1716, Newton 1642,1727,

Franklin 1706-1790, Byron 1723-1786, Goethe 1742-1832, Schiller1759-1805, Napoleón Bonaparte 1769-1821, Schelling 1775-1854, Balzac 1799-1850, Emerson 1803-1882, Pasteur 1822-1895, Kipling 1865-1936, Arrhenius 1859-1927, Rolland 1866-1944, Jung 1876-1946.

Astrólogos:

A los mencionados de la antigüedad se agregan :

Albumasar 805-866, Albategnius 858-929, Shaprut 915-970, Almanzor 933- Haly 1040, E. Ezra 1092-1167, Bonati1230-1300, Picathrix 1231, Campano 1297, Simón de Phares 1446-1558, Agrippa 1486-1535, Melanchton 1497-1560, Carda 1501-1576 , Nostradamus 1503-1566, TychoBrahe 1546-1601, Kepler 1561-1630, Morín De Villefranche 1585-1642, Placido 1603-1668.

Papas:

LeónIII 798-816, SilvestreII , 982-1003, Juan XIV 1024-1032, Honorio II 1216-1227, Alejandro IV 12614-1294, Urbano V 1362-1370, Nicolás II 1447-1455, Pío II 1458-1664, Julio VI 1492-1503, Julio II 1503-1513, León X 1513-1521, bajo su pontificado funcionaba en el Vaticano la Universidad Sapientia donde se enseñaba Astrología.

Pablo III 1534-1549, Marcelo II 1555.

Santos:

San Dionisio Aseropagita 259-268, San Jerónimo 331-420, San Agustín 354-430, San Nicéforo 806-815, San Alberto Magno 1193-1280, Santo Tomas de Aquino 1227-1274.

De otras jerarquías eclesiásticas:

Placidus de Tito 1603-1668, Campano (ambos astrólogos)

Cardenal Richelieu 1585-1642, Bacon 1214-1294, Cardenal D’Ailly 1350-1426.

Muchos de estos eclesiásticos fueron profesores de Astrología en varias Universidades (Oxford, París, Hildeshein, Regensbur, Colonia, Salerno.

Reyes:

Alfonso de Castilla (el sabio) 1252-1284, Carlos II 1500, Carlos VII 1442-1461, Luis IX 1610-1643. Cada monarca contaba con su asesor astrológico.

Desde estos personajes de la antigüedad hasta nuestros días pasando por la Casa Blanca, Wall Street, y el Palacio de Buckingham hicieron usos de la astrología.

De este modo se ha desarrollado una síntesis de la Astrología desde la antigüedad hasta nuestros días donde ha cobrado notable vigencia por las diferentes corrientes del quehacer astrológico que le han entregado el desarrollo de la investigación, el estudio, para convertirla en una disciplina seria.

Néstor Alfredo Rizzo

Astrólogo