domingo, 13 de marzo de 2011

LA LUNA

En la antigüedad, la fertilidad, el crecimiento y la decadencia siempre fueron asociados con las fases lunares, lo que ha sido confirmado por la ciencia.

La luna está íntimamente ligada con las emociones, con los afectos y los deseos, es la mediadora entre el pasado y el presente.

Tiene que ver con los hábitos, protectores, con la conducta instintiva, con la reacción emocional y a diferencia del Sol que representa el lado consciente , activo y masculino, la luna es el lado inconsciente de la naturaleza humana, es pasiva, femenina e introvertida.

La luz, de la conciencia racional es la luz solar, el don del Dios Sol, del Dios Padre.La luz del Sol es incapaz, de atajar las tinieblas.

Únicamente la luna, junto con las estrellas puede iluminar la oscuridad.

Donde hay luz, hay sombra, Son las proyecciones de nuestras personalidades, inconscientes de las cuales renegamos.

Donde hay luna, existe la esperanza de que la oscuridad y la luz, se integren. Frente a las tinieblas, la conciencia solar pierde su fuerza, el remedio solo podrá llegar de la conciencia lunar.

Esto no quiere decir que a la consciencia lunar se la ha de considerar superior a la consciencia solar, sino más bien su compañera.

El nuevo despertar a la consciencia lunar es necesario, tanto para la sobre vivencia física como emocional.

Somos testigos, como a partir de la exploración física de la luna, en esta segunda mitad del siglo XX ha resurgido el interés por muchos aspectos que la luna representa, con la liberación femenina, la alimentación naturista, el cuidado “holístico”, de la salud, la vida e comunidades y zonas rurales, la ecología y la genealogía. El mundo occidental descubrió las religiones de oriente, lo que produjo cambios de actitud, al introducirse la meditación en el mundo de los negocios.

El despertar a la consciencia lunar es importante, pues cuando renegamos de nuestro ser lunar, podremos sufrir variados dolencias emocionales y físicas que minen nuestra energía y nos impidan descubrir, fuentes nutricias.

Ejemplo: trastornos estomacales o reproductivos, nos volvemos compulsivos en relación con lo que comemos y muy dependientes de nuestras relaciones, en una búsqueda constante de satisfacciones externas que prometen colmaros pero que en cambio impiden que despertemos a nuestros verdaderos recursos internos.

Al vaso vacío de la Diosa de la luna no se lo puede llenar o alimentar desde fuera debemos buscar en lo recóndito, sufrir el dolor y la ira de esta Diosa maltratada, tanto en su manifestaciones infantiles como adultas y descubrir dentro de ese dolor y esa ira el sustento que sea capaz de curarnos, a fin de dedicarnos a la tarea de ser nuestras propias madres y nuestra primera fuente nutricia.

Nadie solo nosotros mismos, podemos curar las heridas del pasado.

Debemos despertar a nuestro arquetipo femenino a las figuras de las diosas internas, debemos preguntarnos repetidas veces, cuales son nuestras necesidades reales, experimentarlas valorizarlas y reestructurar nuestras vidas.

Si esta es nuestra tarea debemos movernos lentamente, suscitando el apoyo de amigos y auxiliadores que entiendan nuestra búsqueda y posean ya la empatía y la compasión de la Diosa, de la Luna.

Debemos cultivar nuestros apoyos internos de fe y confianza. Nos hacemos amigos del dolor y de la ira y despertamos sus actitudes curativas abrazándonos a nuestros instintos, heridos y furiosos, amando a las bestias que tenemos en nuestro interior, y lo que más tenemos dentro de nosotros mismos, a nuestro sub. mundo personal y colectivo, extender nuestras raíces hacia abajo, en lugar de proyectar ascendentemente nuestras ramas hasta que nos desplomemos,

Necesitamos volver a descubrir nuestros cimientos, pero para hacerlo quizá tengamos que abandonar algunos de nuestros apegos y comportamientos, en el mundo exterior, algunas de nuestras metas que dependen del hecho de poseer, luchar, lograr y “devenir“, que de ser y descansar en lo profundo del seno nutricio de nuestra propia naturaleza

Necesitamos abrazarnos a la soledad, al dolor y al terror, asimismo, confiar y creer en la capacidad curativa de penetrar plenamente en lo afectivo.

Solo soportamos la oscuridad a causa de la luz, en lugar de valorarla por lo que ella es.

El hijo nace en la oscuridad del seno materno, el pollito se forma tras la oscuridad de la incubación dentro del huevo. El nacimiento comienza en la oscuridad.

A menudo la luz de la conciencia, destruye lo que ella procura iluminar, no deberíamos retirar una semilla de la tierra antes de que se brote, abrir una crisálida antes de que la mariposa que surge haya formado sus alas, esto será impedir que se produzca el crecimiento de algo nuevo o vedarle la existencia a la vida nueva.

El trayecto lunar no es fácil exige siempre sacrificio.

A modo de hijas, debemos abandonar por un tiempo a nuestras madres ,a fin de unirnos con las energías masculinas.

A modo de madres, nos desprendernos de nuestros hijos a hijas, para que sean adultos. Los cuales volverán a nosotros a su debido tiempo,compartiendo para siempre una porción tan grande de si mismos con su consorte como lo hacen con nosotros.

A modo de padres, de manera similar nos desprendemos de nuestros hijos para que maduren.

A modo de hijos, renunciamos a nuestra madre para forjarnos nuestra identidad masculina, para juntarnos a su debido tiempo con mujeres y para que también podamos esperar hacer las paces con nuestra ánima, implica ingresar en los reinos de la Diosa Luna.

Una asociación importante con la Luna, en la mitología es el concepto de la Diosa Virgen, en sus significado original, no se refiera a la castidad en su sentido sexual, sino más bien a ser un sola en una misma.

La mujer que es virgen está entregada a si misma, en unión con lo divino, que está en su interior en unión con el Dios interno, con su Luna masculina.

Una de las expresiones positivas de la Luna, es laque afirma: que ser adulto no significa renunciar al niño que llevamos dentro, sino más bien aprender a alimentarlo a fijar límites a sus exigencias.